martes, 26 de julio de 2011

Chihuahua

Zona del Silencio 


La vida en este extenso desierto, considerado como una de las regiones más inhóspitas del mundo, se manifiesta a cada momento con las numerosas especies de animales y plantas que aquí habitan.


La fama ganada por esta zona se debe al entusiasmo de los científicos y especialistas del fenómeno "ovni", pero si gustas de experiencias de "mundos" más cercanos te sentirás atraído por esta tierra de misterios y avistamientos extraordinarios.


Existen guías experimentados en la región que trabajan en la empresa Safari Aventura, la cual promueve desde un simple viaje familiar o de ceremonias de carga de energía hasta actividades de deporte extremo, como rappel, bicicleta de desierto, paseo en kayak y observación minuciosa de la bóveda celeste.


Estas inusuales aventuras inician los viernes por la tarde; parten de la Ciudad de Chihuahua a las 16:00 horas para emprender el recorrido hacia el Complejoo Turístico Zona del Silencio, lugar que se toma como base para los recorridos de más de 200 km a la redonda.




Paquimé

No se sabe quiénes la construyeron ni por qué la desalojaron, pero la zona arqueológica más importante del norte del País, localizada a un kilómetro del pueblo de Casas Grandes te sorprenderá si buscas algo fuera de serie.

Abandonada cerca de 200 años antes de que los misioneros españoles alcanzaran estas tierras, Paquimé resulta un misterio para los más expertos y también para los visitantes del lugar, pues las construcciones con forma de laberinto, hechas a base de tierra compactada son absolutamente diferentes a las de las culturas mesoamericanas. 

Al llegar a la zona te encuentras con diversas construcciones que sirvieron de vivienda, templos de adoración, hornos para la fabricación de un destilado de agave y dos juegos de pelota, clara influencia de sus vecinos del sur.

Los sellos característicos de la comunidad que vivió en Paquimé son la construcción de la puerta "T" y la fabricación de objetos de cerámica.



Sierra Tarahumara

Para contemplar los increíbles paisajes que ofrece la Sierra Tarahumara, así como conocer a los indígenas que allí habitan, hay tres básicos a empacar: mucha energía, buena condición física e interés por el ecoturismo y la vida de los indígenas.

La ruta comienza en Los Mochis, en el estado de Sinaloa. Hay que trasladarse en taxi al pintoresco pueblo de El Fuerte. Ahí se aborda el tren El Chepe.

El viaje en tren es de cuatro horas, durante las cuales disfrutan los paisajes que ofrece la Sierra Madre Occidental, hasta llegar al pueblo de Bahuichivo. Una vez en este poblado chihuahueño hay que tomar un camión para llegar a Urique.

En Urique comienza la caminata. Conviene contratar un arriero que le proporcione un burro por persona y una mula. Se debe caminar a todo lo largo del río Urique hasta la desviación a Astillero, para luego subir a Puerto del Astillero, lugar para pernoctar.

La caminata continúa por tres días más pasando por: el Cañón de Urique, El Yesca, Cerro del Manzano, la mesa de San Juan de Dios y el Yerbaniz hasta llegar a Batopilas.

Batopilas es un pueblo colonial que parece que se quedó en otros tiempos. Este pueblo se construyó gracias a sus minas de plata y, a pesar de su lejanía con otras ciudades, logró ser el segundo en México con luz eléctrica. 


  











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